martes, 22 de abril de 2008

LOS TÉCNICOS PIDEN QUE SE RETIRE A LOS MENORES DE LOS JUICIOS

El 26 de marzo España desayunaba con la noticia de la detención de Santiago del Valle y el 27 empezaba a conocer la cadena de errores judiciales que permitían seguir libre a un pederasta de contrastada peligrosidad. Ese mismo día, Benjamín Lora, un maestro que abusó de siete alumnas en El Puerto de Santa María (Cádiz), aceptaba una condena de cuatro años y medio en lugar de los 21 que pedía el fiscal. La razón de esa rebaja fue un acuerdo entre las partes para evitar a las menores, de ocho y nueve años, el mal trago de declarar en el juicio.

El problema de una "segunda victimización del menor", al tener que prestar declaración, incluso varias veces, está aún pendiente de resolver, advierten diversos colectivos en defensa de la infancia. También alertan de que, en ocasiones, los padres prefieren no denunciar para que sus hijos no sufran un proceso judicial. Por ello, algunos pederastas siguen en libertad o ven reducir sus penas sustancialmente.

Privilegio de los ministros

Para prevenir esta irregularidad, las asociaciones piden cambios a la Fiscalía General del Estado. Mañana una comisión constituida por tres fiscalas y creada a raíz del caso de Mariluz celebra su segunda reunión para evitar fallos en casos de delitos sexuales.

La asociación Pro Derechos del Niño (PRODENI) lamenta que hasta ahora la Justicia sólo haya puesto "parches" para proteger los derechos del menor, como que declare tras un biombo o una mampara .

Su portavoz, José Luis Calvo, exige que tengan el mismo estatus que un ministro: "Que declaren una sola vez y no físicamente en los juzgados". En general, demanda "simplificar al máximo el procedimiento" y pide informatizar el sistema y dar formación a los funcionarios judiciales para mejorar el trato a los menores.

La Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (ASPASI) se opone a obligar a los niños a declarar en presencia de sus agresores. "Aumentará su temor, se sentirán todavía más presionados y probablemente se contradigan respecto a otras declaraciones. En un 86% de los casos, el agresor es un miembro de la propia familia o una persona del entorno de la víctima", explica su portavoz, Carmen Refuerce.

Además, pueden pasar cerca de dos años entre el primer relato que hicieron los menores al presentar la denuncia y el juicio oral. Por esta razón, ASPASI considera fundamental que declaren una única vez ante el menor número posible de personas, y grabarlo para evitar nuevas declaraciones.

En una línea similar, la abogada y fundadora de la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas Sexualmente, María José Varela, reclama que sea obligatoria la grabación de una única declaración. Para que sea "legal", cree necesario que se realice ante expertos (psicólogos, psiquiatras) y "en una sala con un espejo unidireccional tras el que estén el juez, el fiscal y los abogados de la defensa y la acusación".

Testimonios ‘insuficientes'

Actualmente, no siempre es válida una declaración así, puesto que se dan casos en los que el juez no la cree suficiente y vuelve a llamar al menor. A veces, el condenado recurre la sentencia y se le absuelve porque el niño no declaró en el juicio, lamenta Varela.

El portavoz de Jueces para la Democracia, Jaime Tapia, reconoce que "eventualmente" se graban las declaraciones de los niños en audio y sólo en "pequeñas experiencias" se han recogido sus testimonios en video. "En la práctica, es muy habitual que declare ante el juez, la policía, el médico forense, los psicólogos e, incluso, en el juicio oral", afirma. Aun así, asegura que en los últimos años los jueces son más sensibles en estos casos.



PÚBLICO.ES ESPAÑA

SILENCIO...

Silencio del abusador que comete abuso sexual infantil

El abusador MIENTE manifestando que él no cometió el abuso. Impone silencio al abusado por medios coercitivos y seductores. Crea un ámbito donde se establece un vínculo afectivo y de confianza que evita la revelación de las conductas abusivas.El secreto impone un modo de comunicación donde se establecen ciertos códigos y reinterpretaciones de la realidad creados por el abuso. El abusador guarda “silencio – secreto” que es compartido con el abusado, por varios motivos: a) en el conocimiento de que sus actos son delictivos; b) en el saber que si se revela el abuso, no podrá continuar con el mismo; c) porque el abuso es sintónico con su yo; d) por lo anteriormente dicho, no tiene sentimiento de culpa. El abusador usa a la niña o al niño como objeto sexual e inclusive le amenaza con aniquilarlo si se resiste o revela lo vivido. No le importa lo que la niña o el niño siente en tanto persona. El secreto compartido con el abusado le permite al abusador, tener poder y control sobre el espacio personal de la víctima y con eso evita así la divulgación del abuso. El abusador sexual transgrede la ley social y comete delito y él lo sabe, por eso silencia su acto delictivo.



El silencio en las niñas y niños abusados

El silencio – en forma genérica - hace a la privacidad de la persona y protege lo que es íntimo y personal. En la experiencia del secreto – en el desarrollo normal - el niño descubre algo nuevo: la interioridad, la privacidad. Y este espacio interno, íntimo juega a su favor puesto que el hecho de que pueda esconder ciertos sentimientos es un signo de crecimiento, crecimiento hacia su independencian en su subjetividad. Pero es el propio niño el que escoge no contar algo, en este tipo de secreto. Pero en el abuso sexual infantil se encuentra la obligación del secreto.No es habitual que los niños relaten el abuso a que están sometidos y muchas veces pasan años, antes de que puedan romper el silencio y siempre que hay un abuso, es de la índole de lo incestuoso (vinculos familiares) y se trata de vínculo de confianza. Esto sucede porque se da en un largo lapso de tiempo y con un vínculo afectivo intenso con el abusador. El niño o la niña se ven involucrados en actividades que no comprenden. El abusador le impone al niño al silencio sobre el abuso, silencio que es un secreto compartido con el abusador en donde la niña es obligada a no contar, a callar, por imposición de quien ejerce dominio sobre ella y muchas veces con amenazas de daño hacia los familiares, si hablase del abuso. En otros casos, el silencio proviene de un no hablar porque se trata de algo que es innombrable y que son vivencias, percepciones sin representaciones, que de tan terrible que es logra que la mente sea incapaz de poderlo representar. En otros procesos los niños no hablan porque no confían en que puedan ser entendidos ni ayudados ( desvalimiento). En otras situaciones funcionan escindidos, divididos: saben pero no saben, utilizando el mecanismo psíquico de sobvrevivencia, al igual que las personas que son torturadas por un torturador. La niña calla además por angustia que la confunde al no entender que aquella misma persona que la cuida, también le ocasiona dolor; puede reconocer en forma paulatina lo impropio del contacto y sentir vergüenza por ello. El niño abusado está frente a una disyuntiva: o se identifica con el abusador que le arremete o acepta el abuso en sometimiento debiendo entregar – por decirlo de alguna manera – su capacidad de pensar. Cuando la niña logra hablar en su especial lenguaje y no se le entiende o no se le cree, dice que lo que pasó no ha pasado: se retracta. Al retractarse, queda nuevamente en silencio, no hablando por la desconfianza que les generan las personas que deberían haberla protegido: queda nuevamente indefensa...Escuchemos a las niñas, niños y adolescentes cuando dicen aquello que les pasa. Es una primera forma de ayuda, para comenzar acciones en contra del abuso sexual infantil.

EL ASESINO DE MARILUZ





Fuentes judiciales han explicado hoy que el sospechoso S.V.G. tenía pendiente de cumplir la condena de dos años y 9 meses de cárcel que le impuso en 2002 el juzgado penal 1 de Sevilla por el abuso sexual de su hija de 5 años, pena que aún no se había podido ejecutar porque el acusado estaba en paradero desconocido.

Además, según otra sentencia facilitada hoy, S.V.G. fue condenado en diciembre de 2004 por el juzgado penal 4 de Sevilla a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una niña de 9 años, a la que sorprendió en la escalera de su vivienda.

En este caso, los abusos ocurrieron el 19 de julio de 2003, cuando el acusado siguió a la niña cuando entró en el portal de su casa, la arrinconó en los bajos y allí le hizo tocamientos libidinosos en el trasero y le besó en las mejillas.

El acusado -que reconoció los hechos y aceptó la condena de dos años de cárcel- desistió de su actitud cuando entró otra vecina en el portal.

Concluye la sentencia que la niña se quedó llorando, mientras que S.V.G. "se dio a la fuga tranquilamente", tras apoderarse de las bolsas de la compra que antes portaba la menor.

Esta sentencia se une a la que le impuso el juzgado penal 1 de Sevilla en noviembre de 2002, en aquella ocasión por abusos sexuales continuados durante casi un año contra su propia hija, entonces de 5 años.

Según los hechos que dicha sentencia consideró probados, los abusos comenzaron en la primavera de 1998, cuando S.V.G. hizo tocamientos en los genitales a su hija y la obligó a masturbarle, en unos hechos de los que tenía "pleno conocimiento" la madre y también condenada, I.G.R.

Por este hecho, S.V.G. fue condenado a 21 meses de cárcel por abuso sexual y a otro año por falsedad en documento oficial, pues falsificó un supuesto parte médico en el que se acusaba de los abusos al profesor de gimnasia de la niña en el colegio público Almutamid de Sevilla.

Fuentes judiciales han informado a Efe de que el acusado estaba en situación de búsqueda y captura, ya que cuando la condena fue confirmada por la Audiencia provincial abandonó su domicilio y no pudo ser localizado.

En enero de 1999, el padre acudió al Juzgado de Guardia de Sevilla y denunció al profesor de gimnasia por los abusos, lo que luego se demostró falso y le supuso en 2003 una nueva condena por un delito de denuncia falsa.

En este caso, el juez de lo penal 3 le impuso un año de tratamiento psiquiátrico ambulatorio pues le aplicó la eximente completa de trastorno mental, al considerar que presentó la denuncia cuando se encontraba en una descompensación de la esquizofrenia paranoide que sufría y tenía "totalmente anuladas sus facultades cognoscitivas y volitivas".

S.V.G. acudió además a Canal Sur Televisión, que emitió en dos informativos una entrevista con él en la que pedía para su hija una indemnización de diez millones de pesetas (60.100 euros) a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.

martes, 15 de abril de 2008

EL CABECILLA DE LA RED DE PEDERASTASEl MONTÓ UN CIBERCAFÉ PARA CONTACTAR CON SUS VÍCTIMAS

Según ha podido saber 20 minutos, Álvaro Iglesias G., el informático madrileño detenido en Murcia y que ha confesado haber abusado de un centenar de niños, montó en 2004 un cibercafé en la localidad murciana de Santiago de la Ribera para contactar con niños a los que luego sometía a abusos. Allí grabó tocamientos a niños de entre siete y nueve años a los que convencía para que fueran acompañados de sus hermanos pequeños.
Según las fuentes a las que ha tenido acceso 20 minutos, el Grupo Central de Delitos Tecnológicos que investiga el caso se ha incautado de dos grabaciones de corrupción de menores hechas en el cibercafé de Santiago de la Ribera (Murcia) que montó mientras veraneaba.


Una vez finalizado el verano, el supuesto pederasta, conocido en la red como 'nanysex', cerró el negocio.


Estas instalaciones eran utilizadas por Álvaro Iglesias para contactar con niños menores de nueve años con los que matenía relaciones sexuales. Además, según estas fuentes policiales, convenció a alguno de estos niños para que realizaran tocamientos a sus hermanos pequeños mientras él lo presenciaba.



Por otra parte, el supuesto pedófilo, que se anunciaba en la Red para cuidar niños pequeños, no hizo de canguro en Murcia, aunque nada más llegar a Comisaría confesó haber tenido contactos con al menos un centenar de niños.

Fuentes policiales apuntaron a este periódico que el sospechoso se instaló en la calle San Pedro del centro de Murcia porque sospechaba que le venían siguiendo la pista en Madrid.

Durante veinte días 'Nanysex' fue vigilado.

Los agentes dan por hecho que el pederasta confeso tenía "intenciones futuras" de cometer los mismos delitos en Murcia.

Todavía pueden encontrarse anuncios en Internet de 'nanysex': "I have private movies only 0 a 5 yo you interest? (Tengo vídeos privados sólo de 0 a 5, te interesan?) o "litle baby and todlesr action" (hechos, con bebés y niños pequeños).

El abogado del juzgado nº 7 de Murcia, encargado de defender al supuesto pederasta renunció a hacerlo.

La fachada de la tienda Tunning PC & Visioncam, que Álvaro Iglesias tenía montada en Murcia, amaneció hoy con una pintada en la puerta que dice: Pederastas muertos. Firmado: Un niño".

VIDEO MUY INTERESANTE SOBRE PEDERASTAS


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